la lluvia ya no se asomaba por los parajes secos y devastados de nuestra comarca,
todo lo que podía ver, aquí, tumbado en el suelo, era una llovizna de hojarasca seca, que se amontonaba en todo aquello que me rodeaba. ¿Cómo llegué hasta aquí? ¿Cómo demonios tuve la oportunidad de vencer...y termine aquí una vez más? Apenas puedo incorporarme, puedo notar como mi cabeza esta levemente apoyada sobre la raíz de un gran árbol, y sigo sin poder moverme. Mediante algo que podríamos definir entre espasmos y movimientos patosos logro quedarme de rodillas. Mis ropajes... están arañados y deteriorados, carezco de mis armas...bueno, obviando esta flecha que me atraviesa el hombro derecho. Logro partirlo con la otra mano y lo retiro entre algunos gritos de dolor. Me siento apoyándome contra el árbol de nuevo, y miro de nuevo aquella flecha partida en dos en el suelo...comienzo a observar fijamente la punta....esa punta....no es....nada que hubiera visto antes... Gateo hacia ella, la recojo y me quedo mirándola un rato... Es...como ámbar rojo, ¿De donde provendrá esta flecha? Un leve pitido entra en mi cabeza ascendiendo hasta dejarme completamente inutilizado. Suelto la flecha y recorro varios pasos atrás impulsándome solo con una mano. ¿Qué demonios era eso? No es una flecha común... No recuerdo nada... Ni donde estoy, ni a donde voy, ni por qué he llegado hasta aquí. Solo sé que soy del Reino de Mortoria, un reino devastado por las llamas del Dragón Argon, a las ordenes del Oscuro Balth. El cual creíamos que había fallecido durante la Guerra de la Atlántida. Y ha vuelto para tomarse su venganza, sin embargo, mientras yo viva siempre quedará un último rayo de luz para mi tierra. Mi nombre es Uryel, y esta es mi historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario